domingo, 25 de febrero de 2018

Cita CCCLXVI: ¿Qué tan preparado estás ante un posible sismo?





Es la una de la mañana cuando te despierta un ruido estremecedor: “Alerta sísmica” dice una voz en medio de sirenas y zumbidos de alarma. ¿Qué haces?

Vivir en una zona propensa a sismos, en particular después de mortíferos terremotos como los del pasado septiembre y el del 19 de septiembre de 1985, ha hecho saber a muchos mexicanos que tienen que salir de la estructura donde se encuentran. Pero es poco probable que lo hagan ya con una estrategia en mente sobre cuál es la mejor ruta de evacuación y qué necesitan tener a la mano cuando la siguen.

“En el momento no piensas en qué tienes que agarrar, solo en salir”, reconoció Míriam González, de 42 años y habitante de la delegación Benito Juárez, ubicada al centro-sur de la ciudad, después del sismo de la mad

Los expertos indican que es muy importante ya tener preparadas ciertas medidas: saber por dónde es mejor salir, por ejemplo, o disponer siempre al lado de la puerta un par de zapatos, un suéter, una mochila o llaves para poder agarrarlos en el camino sin añadir tiempo a la evacuación.

“La población debe ser resiliente y no resistente”, dijo Fabricio Castrejón Orihuela, coordinador de proyectos de la dirección general de prevención de la Secretaría de Protección Civil de Ciudad de México, vía un correo electrónico. “Es decir, aprender a vivir con los temblores y saber qué hacer ante ellos, pues no podemos evitar que tiemble”.

Para ello es importante saber por dónde empezar, pues incluso algunos mexicanos que han caído en cuenta de la necesidad de tener una planeación preventiva —en particular después de las experiencias del pasado septiembre— no necesariamente han actuado en consecuencia.

“Sabemos que hay que tener ciertas cosas ya listas, pero no lo hemos vuelto un hábito”, indicó Claudia Gutiérrez, de 45 años y residente de Portales, una de las colonias que sufrió los peores derrumbes en la capital después del 19 de septiembre.

A continuación, algunas recomendaciones para tener en cuenta en caso de sismo o algún otro fenómeno, como incendios.

Accesos y salidas

Lo más importante es planear cómo salir de donde te encuentras si suena la alerta sísmica. ¿Qué escalera es la más cercana? Si los accesos están bloqueados, ¿ya sabes por dónde podrías acceder a la calle o en qué zona es mejor resguardarte si no? En caso de encontrarte en un espacio público, como un centro comercial, ¿recuerdas cuál es la salida más cercana?

“Antes las rutas eran más… improvisadas, salías como pensaras que fuera más rápido”, señaló Angélica Pérez, de 49 años, sobre cómo vivió el sismo del viernes 16 de febrero en comparación al del 19 de septiembre en su trabajo, en Tlalpan, al sur de la ciudad. “Siento que esta vez reaccioné más rápido, en parte porque la empresa ya nos dijo cómo evacuar mejor”.

Además, tener planeada una ruta no sirve solamente para la evacuación en sí, sino para poder atender mejor las emociones propias y de familiares o vecinos conmocionados por la alerta o el movimiento telúrico.

“En comparación con el pasado, esta vez me relajó mucho ya saber qué hacer y saber que podía guiar a mi nieta”, dijo Leticia López, enfermera de 50 años que vive en Xochimilco, después del terremoto del viernes.

Carlos Valdés González, director del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), indica que “cada lugar es distinto y no hay reglas de oro”. Lo más importante para pensar en cuál es la mejor ruta es entonces tomar en cuenta las peculiaridades del inmueble.

Es decir, si es una casa de dos pisos, es probable que quienes estén dentro puedan salir dentro de los cincuenta o setenta segundos en los que suena la alerta antes de un sismo relativamente lejanos e incluso en casos en los que no suene debido a que el epicentro del sismo es más cercano, como sucedió el 19 de septiembre del año pasado.

Castrejón Orihuela, de Protección Civil, añadió que si se trata de un inmueble de cuatro pisos en el que solo hay cuatro o cinco personas por piso —por ejemplo, en un edificio de departamentos—, también es poco probable que se complique mucho llegar a la planta baja incluso si el único acceso son unas escaleras, pues no estarían saliendo tantas personas al mismo tiempo. Pero si hay más de veinte personas en cada piso, recalcó Castrejón Orihuela, quizá lo mejor es evaluar si solo deben bajar los de los primeros pisos.

Y es que en casos como esos quienes están más arriba podrían quedarse atorados en las escaleras o sufrir tropiezos. Los expertos en gestión de riesgos recalcan que ya que empieza el sismo no conviene estar en escaleras, debido a que la estructura que las rodea podría debilitarse a causa del movimiento, por lo que es importante que no haya tantas personas saliendo casi en estampida al mismo tiempo.

Si es posible salir: Si te encuentras dentro de tu casa, oficina o un lugar que ya conoces, lo mejor es identificar desde antes dónde están los posibles riesgos al salir, como llaves de gas donde podría haber fugas, cables sueltos, bardas, lámparas o postes. Ya fuera, en el caso específico de Ciudad de México, lo idóneo es dirigirte al punto de encuentro: el círculo pintado de verde donde uno queda relativamente despejado de estructuras que podrían caer. Es importante que, pese al pánico, no salgas directo a una avenida sin fijarte, pues podrías sufrir un atropellamiento.

Si no es posible salir: Busca una zona donde, en caso de colapso, se pueda formar un “espacio vital aislado”, como lo llama Castrejón Orihuela. Por ejemplo, un mueble robusto de cierta altura que, si caen los muros, prevenga que se desplomen encima de ti (pero que no sea de tal peso o tamaño que el mueble mismo sea el que pueda caerte encima, como un librero suelto). Este lugar seguro ha sido llamado en ocasiones un “triángulo de la vida”, pero Castrejón Orihuela indica que no hay que pensar en “una figura geométrica como tal”.

Las autoridades también recalcan que depende de la construcción. Expertos del Cenapred han dicho que muchas viviendas en México no pueden pensarse como espacios para “triángulo” pues tienden a tener muchas losas, que caen con demasiado peso como para ser sostenidas por algún mueble. Y si los muros son divisorios, su material usualmente es más endeble, por lo que tampoco es idóneo pegarse a estos. Protección Civil recomienda averiguar dónde están las vigas, las trabes y los muros de contención y, ya que empiece a temblar, acostarse o sentarse en posición fetal para que sea menos probable sufrir golpes de objetos que caigan.

Valdés González, del Cenapred, indica que una posible manera de revisar dónde están los lugares más seguros, si no están disponibles los planos del sitio, es tocar las paredes —”si suena hueco, no sirven”— o hacer pequeños agujeros con un clavo para ver la consistencia y grosor. El experto del centro de prevención también sugiere revisar desde antes si vives en una zona sísmica (por medio del atlas de riesgos de Ciudad de México) y saber cuándo fue construida tu vivienda u oficina. “Si fue hace más de treinta años, no cumple con las nuevas normas de construcción y hay que fortalecer”, dijo.

Lo que hay que tener a la mano

Una de las recomendaciones clave hechas por las autoridades es tener una mochila de emergencia y resguardarla cerca de las salidas o en un lugar fácilmente alcanzable. Esta debe contener cosas básicas, como agua embotellada, comida enlatada —Valdés González sugiere que sea suficiente para cuatro días—, un silbato —para hacer un ruido distinguible si llegas a quedar atrapado—, un kit de primeros auxilios y lámparas de pila.

También se recomienda guardar copias de documentos, como actas de nacimiento o títulos de propiedad de un inmueble o automóvil; para facilitar su portabilidad, lo mejor es que sean escaneados y guardados en una memoria USB. Puede ser de utilidad guardar en la mochila una copia de las llaves de tu hogar para que puedas reingresar si no las agarraste al salir. Aquí puedes ver algunos consejos oficiales sobre qué debes revisar antes de regresar a la construcción de la que saliste.

Sin embargo, “cada mochila de vida es un traje a la medida”, dijo Castrejón Orihuela. ¿Tienes hijos pequeños? Entonces es importante pensar en incluir necesidades como pañales. Si tienes una mascota, conviene meter a la mochila algo de alimento.

Leticia López, la enfermera, dijo que en su mochila tiene, además de lo básico, dos cobijas y un juguete para su nieta. Javier Arturo Ángeles, habitante de la delegación Benito Juárez, dijo que en su mochila cuenta con dos cargadores para su celular para poder mantenerse en contacto y con una correa adicional para sus perros, así como con premios para estos pues “pesan menos que las croquetas y sirven para alimentarlos por unas horas”.

Para agilizar la salida no solo sirve tener las cosas ya guardadas y pensar bien en dónde son más accesibles camino a la evacuación o a una zona segura designada, sino delimitar responsabilidades. “Cada integrante de la familia o el inmueble deberá tener una función durante el sismo, como ir por la mascota, ayudar a los mayores o ir por la mochila”, señaló Castrejón Orihuela.

También es valioso hablar desde antes con tus seres queridos y conocidos sobre dónde podrían reencontrarse si no están juntos; por ejemplo, establecer que se verán en la escuela o la oficina de algún familiar. Esto sobre todo porque “es probable que se caigan las comunicaciones”, dijo Valdés González.

Lo más importante es que hagas un análisis de riesgo a partir de estas recomendaciones para que, en caso de que llegue un sismo, sepas qué hacer de una manera casi mecánica y así no solo quedes protegido, sino lo más tranquilo posible incluso en medio de las circunstancias.

Fuente: https://www.nytimes.com
CADENA DE CITAS