domingo, 8 de julio de 2012

Diccionario CXIV: Espeleotemas


"Los espeleotemas y otras pruebas climáticas indirectas (proxies) nos pintan un cuadro de un paisaje árido, con menos árboles y más plantas propias de la estepa desértica  que el Africa tropical. Este panorama no parece haber desanimado a los recién llegados, quienes provenían de un continenet asolado por la sequía, de ambientes donde la oferta de alimento y de agua escaseaba a lo largo de grandes territorios de caza."

Página 174. Cromañón .De cómo la edad de hielo dio paso a los humanos modernos. Brian Fagan. Gedisa. Barcelona, España - 2011.


Espelotema


Espeleotemas es la denominación formal para lo que comúnmente se conoce como "formaciones de las cavidades". La palabra, procedente del griego "depósito de las cavidades", se refiere generalmente a depósitos minerales secundarios formado en cuevas tras la génesis de éstas.

Durante cientos de miles de años, se han producido procesos reconstructivos en las cavidades denominados Espeleotemas, los que varían en formas, colores y dimensiones. El agua filtrada a través de las grietas del masizo en las proximidades de una caverna puede disolver ciertos compuestos, normalmente calcita y aragonito (carbonato cálcico) y yeso (sulfato cálcico). La cantidad de mineral disuelto depende, entre otros factores, de la concentración de dióxido de carbono y temperatura de la disolución. Cuando esta solución alcanza una caverna llena de aire, la descarga de dióxido de carbono altera la capacidad del agua para mantener estos minerales en disolución, provocando que precipiten. Con el tiempo, que puede ser de decenas de miles de años, la acumulación de estos precipitados puede formar espeleotemas secundarios.

¿Cómo se forman los espeleotemas?

La disolución es el proceso más importante en el desarrollo de un karst y posteriormente un proceso contrario posibilita la formación de espeleotemas. Un karst o carso es una región de la superficie terrestre donde la erosión por disolución prevalece sobre la erosión mecánica y debe su nombre a una región de la antigua Yugoslavia donde este proceso fue observado por primera vez.

Entonces podemos decir que toda roca que sea soluble es karstificable. Las más comunes son las calizas y las dolomías, debido a su abundancia y a su alta solubilidad en presencia de Dióxido de Carbono (CO2), cuanta mayor concentración de CO2 mayor solubilidad tendrá. La cantidad de CO2 en el agua depende de su concentración en la atmósfera y de la temperatura ambiental. Por ejemplo la presencia de materia orgánica en el suelo aumenta notablemente la concentración de este gas. Asimismo hay una relación inversa entre la temperatura ambiente y las cantidades de CO2 que puede contener el agua.

Las calizas según su origen se clasifican en alóctonas y autóctonas. Las alóctonas están formadas por granos o partículas desprendidas de acumulaciones autóctonas por acción de la erosión y que luego se depositan dentro de alguna cuenca natural acumulándose. En cambio las autóctonas se han generado dentro de la cuenca misma y son de origen animal y vegetal (por ejemplo caparazones de moluscos), por ésta razón es común encontrar restos fósiles en algunas cavernas.

Las dolomías también son rocas carbonáticas, originariamente calizas luego transformadas por un proceso químico.

Otras rocas karstificables son las compuestas por minerales salinos de las cuáles el yeso es el más común.

También el hielo aunque no es una roca se comporta como tal y también es susceptible de disolución. Es frecuente observar en los glaciares formas correspondientes a procesos de karstificación que originan simas, ríos subterráneos y surgencias.

Finalmente, en algunas regiones que reúnen condiciones tectónicas y geológicas estables es posible que se den procesos de karstificación en rocas poco solubles como las cuarcitas pero esto no es muy común.



Espeleotemas más característicos de la Cueva de Castañar de Ibor


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