sábado, 21 de abril de 2012

Poema 133: Manuel Scorza


MANUEL SCORZA 

(Lima, 9 de septiembre de 1928 - Madrid, 27 de noviembre de 1983) Estudió en la Universidad Mayor de San Marcos, ejerciendo gran actividad política, lo que le llevó a exiliarse a México y después a Bolivia, tras el golpe de estado de 1948 en su país. Publicó su primer poemario en 1955, y volvió a Perú diez años más tarde, obteniendo el Premio Nacional de Poesía y trabajando como editor de libros de bajo costo. Aunque había abandonado la política, se exilió a París, trabajando allí como lector de español en la Escuela Normal Superior de Saint-Cloud. Regresó a su país, trabajando en la defensa de la cultura indígena. Murió en Madrid en un accidente aéreo. Fue autor de poemas y de narrativa poética de carácter indigenista.


  

EPISTOLA A LOS POETAS QUE VENDRAN
 
Tal vez mañana los poetas pregunten
por qué no celebramos la gracia de las muchachas;
quizá mañana los poetas pregunten
por qué nuestros poemas
eran largas avenidas por donde venía la ardiente cólera.

Yo respondo: por todas partes se oía llanto,
por todas partes nos cercaba un muro de olas negras.
Iba a ser la poesía
una solitaria columna de rocio?

Tenía que ser un relampago perpetuo.

Yo os digo:
mientras alguien padezca,
la rosa no podrá ser bella;
mientras alguien mire el pan con envidia,
el trigo no podra dormir;
mientras los mendigos lloren de frio en la noche,
mi corazón no sonreirá.

Matad la tristeza, poetas.
Matemos a la tristeza con un palo.
Hay cosas mas altas
que llorar el amor de tardes perdidas:
el rumor de un pueblo que despierta,
eso es mas bello que el rocío.
El metal resplandeciente de su cólera,
eso es mas bello que la luna.
Un hombre verdaderamente libre,
eso es mas bello que el diamante.

Porque el hombre ha despertado,
y el fuego ha huido de su carcel de ceniza
para quemar el mundo donde estuvo la tristeza.

 
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