domingo, 24 de octubre de 2010

Laforgue


JULES LAFORGUE


¡Oh, cuan cotidiana es la vida,
y nada recuerdo más cierto:
que simple y pobre he sido!





(Francia, 1860-1887) Poeta simbolista uruguayo en lengua francesa, nacido en Montevideo, que se caracteriza por su visión irónica y pesimista de la vida y por sus innovaciones en el uso del verso libre. Regresó a Francia, de donde sus padres eran oriundos, poco después de nacer. A diferencia de su compatriota Jules Supervielle, su contacto con Uruguay fue mínimo, desarrollando toda su actividad literaria en Europa. Desde muy joven se integró en los círculos literarios, formando parte del grupo de los Hydropathes. Entre sus obras destacan Las Lamentaciones (1885), La imitación de Nuestra Señora la luna (1886) y El concilio feérico (1886). Sus amigos le publicaron tras su muerte, en 1890, Flores de buena voluntad y en 1894, sus Poesías completas. Junto a Jules Supervielle y Lautréamont, Laforgue es uno de los grandes escritores franceses nacidos en Uruguay. La frescura de sus imágenes, su estilo libremente entretejido y la invención de nuevas palabras lo convirtieron en una de las principales influencias entre los poetas del siglo XX. Falleció en París, a los 28 años de edad de una tuberculosis hereditaria, unos meses antes que su esposa que padecía la misma enfermedad.


RESIGNACION

Como necio parásito de un planeta oscuro,
en la infinidad sonora de clamores eternos,
aquí, lugar cualquiera, he nacido y vivo,
y sólo es mi deseo que se sepa y se detenga todo.
Que por un grito perdido en la tormenta
los océanos callen de pronto el aullido de sus olas,
que por traer flores a mi tumbra
los soles en masa dejen su Verbena.
¡Pobre corazón ingenuo! Rómpete, no eres nada.
Muchos otros murieron con ansias iguales
y la tierra siguió en su silencio.
Todo es duro, descorazonado, superior a ti.
Sufre, ama, espera siempre y baila
sin nunca exigir ese Porqué universal.


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