sábado, 26 de diciembre de 2009

Mas de: Las cosas infames de Oswaldo Chanove





…Y te digo que este libro es la primera parte de un proyecto mayor que trataba de ser una novela acerca de Arequipa, pero me di cuenta que lo mío no es tanto esa cosa que tienen los narradores natos, el flujo.

Es cierto, lo suyo no tiene nada que ver con el flujo. Con Oswaldo Chanove, reconocido poeta de los 80`s, las preguntas y respuestas parecen un hilo de agua limpia que recorre un camino de piedras. Es como entrevistar a un presuroso capitán de caballería que dedica canciones de amor a una prostituta pelirroja. Todo se hace como tumultuoso y cuando responde alguna pregunta lo hace de tal manera que parece que está respondiendo la anterior y al mismo tiempo adelantando la siguiente respuesta. Por eso creo en él cuando dice que rompe los flujos. "…lo mío parte de una actitud mas bien de poeta —aclara y luego hace hincapié en esas inquietudes propia de ellos—. Me di cuenta que no podía hacer una novela a la manera de Vargas Llosa o de García Márquez en que empiezan a fluir situaciones mágicas y etc., sino que a mí me interesan los fragmentos…"

Así es, su último libro de relatos, Cosas infames (Estruendomudo, 2009), es un libro fragmentario, hecho como de retazos de tela tartán, a la manera de un collage íntimo que desde alguna lectura puede remitirnos a la nostalgia. "…en realidad te diría que no —Chanove niega una pregunta mal terminada— hay algunos textos, en especial los primeros, que son recuerdos supuestamente del narrador pero los demás no son tanto eso." Descartado en su parcialidad el móvil de la nostalgia, Chanove propone otro mucho más exquisito "…yo diría que el móvil principal de este libro es una idea que siempre me ha parecido la verdadera razón del arte contemporáneo, que es la onda del contexto. El artista no se inventa un universo y lo pone dentro del real, sino simplemente mira y escoge algunos elementos del mundo y al decidir que eso es arte se produce una milagrosa transformación que, al final de cuentas, es el misterio de la poesía"

Y la entrevista que empezó como una canción difícil de explicar de The Strokes, ahora se dirige lenta como hacia una primera balada para piano de Chopin, en el cual sumisas variaciones del sonido acercan pequeñas exactitudes a la conciencia.

Hay un personaje que recorre algunos relatos en Cosas infames llamado Vicente Hidalgo, que dice que a la realidad hay que yuxtaponerle otra realidad. Y esa es la siguiente pregunta que Oswaldo, en primera instancia, no llega a contestar. Por supuesto, insisto. "…te preguntaba acerca de como afrontas tú mismo la vida, si lo haces al igual que este Vicente Hidalgo…"

Oswaldo interrumpe con una afirmación que es como una venia para que la balada tome brío. Su rostro jovenzuelo se aleja. El aire de la sala se embota y cada respuesta a partir de ahora tendrá que ser doblemente escuchada. "Ah claro, por supuesto. Yo no creo que uno se planteé como meta hacer eso, sino que lo hace. O sea, la vida de cualquier persona es una máquina que interpreta la realidad…

Las palabras de Oswaldo parece que llegan a un clímax que yo me propongo interceptar. Digo "Es una búsqueda casi heroica y que tiene algo de evasión, ¿no?"

"Sí —contesta el poeta, mientras mira un punto lejano en el ventanal— en realidad es evasión, pero evasión del vacío— Oswaldo me exige ahora que me dé cuenta—, llega el momento en que tú no entiendes nada y dices: Estoy en la vida. Todo lo que pasa me pasa y yo no lo entiendo. —Prosigue—. Entonces el artista trata de interpretarlo y trata de evadirse de esa situación que, básicamente, es la situación natural del ser humano, de cierto nivel de inconciencia. El gran desafío de los artistas es atreverse a la conciencia, a decir: Yo quiero mirar lo que pasa. La gente mas bien trata de librarse de la angustia y de la desesperación del mundo sometiéndose a la rutina que crea, precisamente, inconciencia. El artista sí entiende un poco más, no te diría que saben lo que es la realidad, pero por lo menos exploran y ese es su gran heroísmo y un gran atrevimiento".

La balada cesa. Los atrevimientos han terminado. Para concluir, algunas justificaciones, inquisiciones a dios, graciosas anécdotas, algunas fotos que presagien en su mirada las cosas infames que pronto escribirá. Unas preguntas bastan de muestra, las demás, a la camisa.

Fuente: El Buho
Edición: Año 9 / No. 404
Fecha: 20 - Dic. - 2009
Autor:
Arthur Zeballos

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